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dilluns, 5 de febrer del 2018

'El alfabeto de fuego' - Ben Marcus


El alfabeto de fuego, la primera obra traducida en nuestro país del autor americano, no resulta fácil de digerir, ni siquiera es fácil de tragar y por supuesto tras su final, de asimilar.

En un futuro apocalíptico, el sonido de las voces, o mejor dicho, el habla, y por ende, el lenguaje al completo, resultará, como ya decía el padre, sin pretenderlo,  de la Generación Beat, William Burroughs, un virus. Nadie estará a salvo de ella. Con la excepción de los niños, que se tornan sin quererlo en los verdugos de la novela en su inicio. Sus voces resultan mortales para los adultos.

Samuel y Claire, los adultos protagonistas de El alfabeto de fuego, son los padres de Esther, una adolescente problemática, contestona y líder de un grupo de chicos que se creen los amos del lugar. La única manera que tienen de salvar sus vidas, es dejando atrás a su hija. Así que una mañana deciden, en ausencia de la joven, cargar con sus pertenencias y partir en busca de un futuro más halagüeño.
Pero cuando llega esa mañana, Esther desaparece y el amor de padre que siente Samuel hacia ella hará que la busque sin descanso aunque ello le provoque  su propia muerte.

El alfabeto de fuego podría ser una novela de ciencia ficción, al fin y al cabo, lo que en ella se cuenta, dista mucho de la realidad actual en la que vivimos, con infinidad de lenguas conocidas y otras tantas desconocidas, pero en el fondo, El alfabeto de fuego narra el problema entre unos padres y una adolescente, y eso señores míos, es algo real.

También podría ser una novela negra. Samuel debe encontrar por sus propios medios a su desaparecida hija. Hay también un malo malísimo bajo el nombre de LeBov. ¿O acaso son varios? Que hace la vida imposible a nuestro protagonista, por mucho que este se muestre abierto a colaborar con él.

Podría ser también una epopeya: un padre en busca de su hija primero y de su mujer después. Un canto a la familia. E incluso una novela que pone en evidencia la religión y sus posibles sectas. Los protagonistas acuden a unas cabañas en donde se oyen los rezos y las enseñanzas de un lejano Rabino que nadie conoce desde un extraño aparato de radio.

Sin duda El alfabeto de fuego puede resultar en ocasiones confuso, no es un libro fácil, ya lo dijimos en la primera línea de esta reseña, pero sin duda resulta curiosa su lectura. Más que nada por una única razón, cómo alguien puede escribir una historia cuando las palabras resultan tóxicas, nocivas e incluso pueden provocar la muerte.

Y es que todo lo que leemos está contado en primera persona y con un tiempo verbal pasado lo que nos da una impresión de que, primero, lo pasado, pasado está, y segundo, que el presente se torna mucho mejor que lo vivido, ya que el protagonista lo está contando de su puño y letra.

 Esperaremos a que alguien se decida a traducir algún libro más de Ben Marcus (1967) el autor de El alfabeto de fuego, ya sea su primera novela, o sus libros de relatos.

El alfabeto de fuego desmonta la literatura tal y como la conocemos a día de hoy, adentrándose en mundos de escritura completamente nuevos, haciendo que las palabras cobren un nuevo sentido, y además resulta una apuesta arriesgada de su autor.

SALVA G.

Título: El alfabeto de fuego
Autor: Ben Marcus
Traducción: Milo J. Krmpotic
Editorial: Catedral
Edición: 1ª edición, octubre de 2017
Número de páginas: 425 pp.
I.S.B.M.978-84-16673-03-2

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